DOS "SUEÑOS": LA MEDIDA EXACTA, MUNDO DE DIOS
Es
difícil relatar un sueño, pues no sólo es contar lo que pasa en él, sino también reflejar lo que se percibe o lo que sientes. Voy a tratar de contar dos
sueños que he tenido estos últimos meses y que me han impactado vivamente.
SUEÑO DE LA MEDIDA EXACTA
Cuando
salgo al patio veo que también todo esta precioso, el jazminero, los árboles..
y en el suelo aparece una especie de escarabajo verde con una trompetita muy
gracioso.
Me
meto en el cuarto que llamábamos “patín” que estaba muy oscuro y por la puerta
lateral empiezan a aparecer un señor, con tres niños que parecía que acababan de
tomar la primera comunión, pues aún llevaban el traje blanco de esos de
imitación de militar y el misal nacarado en sus manos. Entonces los niños se
ponen uno al lado del otro y comienzan a recitar frases y metáforas que
parecían sacadas de la Biblia y las terminaban con una especie de decretos.
No
recuerdo exactamente las explicaciones, pero más o menos era así.
El
primer niño empieza hablar del trabajo de la madera. Yo veo un taller y como el
carpintero va cortando las piezas y recuerdo a Jesús de niño ayudando a San
José. Y termina con las frases: La madera debe tener la justa medida. No puede
ser ni más larga, ni más corta. Ni más estrecha, ni más ancha.
Continúa
un segundo niño hablando de la construcción de una barca. Yo veo la barca
construida a la que le falta un tablón en el casco. Y dice: Es necesario que la
madera encaje. Que ni sobresalga, ni se quede pequeña.
Con
las últimas frases, la cara de los niños se iluminaba imprimiendo un
significado mucho más profundo que el que puedo expresar.
Por
fin el tercero totalmente iluminado con una voz rotunda como si formulase un
decreto, dice: “Bendito el tablón que es la medida exacta”.
Los
niños abandonan su marcialidad y comienzan a reír y a charlar entre ellos y el
señor que los acompañaba.
Yo
que estaba sobrecogida le hago un gesto a Nieves para que hable con ellos, mientras
intento sobreponerme. Por fin vencida mi timidez les pregunto que hacen allí y
por dónde han entrado. A lo que me responden que ese lugar es famoso entre los
niños, que todos los del barrio lo conocen y se reúnen muchas veces para jugar
y que acceden colándose por una casa vecina.
Ellos
nos invitan a enseñarnos por donde entran y pasan muchas cosas. Hasta aparece
“Elton John”. Pero carece de importancia.
(1)
La caseta de la playa era una pequeña construcción sin cimientos con un campito
posterior, en la playa de Valencia, en donde veraneábamos cuando era pequeña.
En un principio la construcción, era de madera y tras quemarse se construyo en
ladrillo. Contaba con un pequeño comedor, dos habitaciones y un anexo que se
comunicaba con una de las habitaciones, el patio y el exterior, en donde se
guardó un patín (barco) de un vecino. En el patio posterior estaba el
“paellero”, la cocinita y la pila. Y junto al campito que plantábamos todo tipo
de hortalizas, se encontraba un muy pequeño aseo.
22 de Septiembre 2012.
SUEÑO DEL MUNDO DE DIOS
Estaba
en una casa con una gente que no conocía pero que parecían que eran mis
invitados, pues me sentía como responsable de su comodidad.
Se
iba haciendo de noche y yo empezaba a impacientarme porque quería irme a dormir
pues al día siguiente tenia que ir a trabajar.
Al
pasar por el comedor cerca del pasillo que conducía a mi cuarto, observo un montón de velas encendidas de diferentes
formas, colores y tamaños en el suelo. Y alrededor de ellas veo unos niños
sentados a los que se le van uniendo otros que salen sigilosamente de las habitaciones. Se organiza un pequeño
grupo de unos 5 o 6 niños y niñas, de entre 5 y 9 años, todos sentaditos
alrededor de las velas.
Yo
me irrito un poco a lo que suponía un nuevo contratiempo y al pasar al lado de
ellos, sin apenas detenerme, les pregunto que es lo que estaban haciendo
levantados a esas horas. A lo que me contestan que han esperado a que sus padres se acostaran, para reunirse
a escondidas e invocar a los ángeles. A mi me sorprende gratamente esta
contestación y me vienen varios pensamientos al mismo tiempo. Por un lado la
capacidad de estos niños para alejarse de la realidad aparente y buscar nuevas
respuestas. Por otra la capacidad de los niños de vivir cualquier realidad.
Yo les hago un
gesto de aprobación, pero que tampoco estuvieran hasta muy tarde. Al ir
alejándome de ellos reflexiono que podía haberme quedado con ellos y hablarles
de que no se trataba de invocar a los ángeles sino de Vivir la realidad Divina.
Que no es necesario invocarlos pues convivimos con ellos y es una dimensión de nuestro Ser. Pero pienso que si
por ellos mismos han llegado hasta ahí, también pueden dar el siguiente paso en
su camino y en cualquier caso ya habría tiempo al día siguiente de hablar con
ellos.
Al abrir la
puerta de mi habitación, de la puerta de enfrente sale un adulto con un extraño
mecanismo en sus manos. Era como un soporte acabado en una gran esfera
metálica, partida por la mitad que accionaba abriéndola y cerrándola como una
boca produciendo un chasquido muy desagradable. Parecía que con cada chasquido
la magia del momento se rompiese. Y se dirige apresuradamente hacia los niños.
Yo le sigo dándome cuenta que por no haberme quedado con ellos había perdido
una buena oportunidad de protegerlos y compartir con estos niños la alegría de
lo Divino.
Este “adulto”
cuando llega a los niños sin dejar de accionar la esfera, empieza a burlarse de
lo que están haciendo, diciendo entre chasquido y chasquido, ¿Pero que hacéis
ahí sentados?. Todo eso de los ángeles son fantasías. Dios no existe. “Todo es liso y concreto como esta esfera”.
A mi se me rompe
el corazón al oír estas palabras y veo que otro adulto se había incorporado al
pequeño grupo, que está asintiendo lo que el otro estaba diciendo y que me mira
con una sonrisa cínica como diciendo, “has perdido” .
Los niños
reaccionan pensando que realmente tienen razón y que lo que estaban haciendo
era una tontería. Yo intento rebatir estos argumentos, para que los niños no se
desanimen y continúen en su empeño. Se me presentan el Universo y las galaxias
moviéndose y las siento como una explosión de belleza y armonía. Y digo ¿Pero
no veis lo maravilloso que es todo? “Todo está en movimiento”.
El adulto de la
sonrisa cínica me mira y me dice: todo acaba por perecer, todo se termina, “todo es finito”. Entonces veo el Universo,
como la perfección del número en movimiento, neutrones y protones formando distintos
elementos que se combinan para generar nuevas formas, en una continua
expansión y les digo, “Todo esta
continuamente multiplicándose” “El Universo es inabarcable e infinito”
Y dentro de
estas imágenes aparece la “Vida”, una nota de color, de imaginación, de
libertad, de diferencia, incorporándose a la perfecta geometría, al número. Y
les digo “La Vida es un milagro”, queriendo resumir toda la belleza de la Vida.
Esa sonrisa dentro de la perfección de la forma.
El adulto de la
esfera, se dirige otra vez a los niños y les dice: no podéis traspasar más allá
de lo que veis “la realidad no va más
allá de lo que estáis viviendo” .
Se me presenta
el ser humano y veo todo lo que es capaz de hacer. Y digo “El ser humano es la
magia”
Pero siento que
no consigo convencer a los niños, que están apagando las velas y que se van
levantando para irse a dormir. Y al querer rebatir con contundencia, para que
no se fuesen, para que no traspasasen la barrera de la niñez (mundo de Dios), a
la edad adulta (racional-muerte), fuerzo excesivamente mi garganta y cuando
intento hablar del ser humano, apenas me sale un hilo de voz y digo “El ser
humano tiene en sus manos la creación de todas las realidades que...” y apenas
puedo terminar la frase con “podáis imaginar”.
Y me he
despertado con un gran ansiedad.
13 de Octubre del 2012.
María A.
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