Sobre un lago nocturno





reposa mi esperanza,
con triste placer besa
los reflejos amarillos
del último sol poniente.

Cuando percibe el soplo cálido
que mi deseo envía,
se yergue entre incrédulas sonrisas
de color de otoño.

A veces se aleja
abandona mi penumbra
y me hace ir a buscarla,
sin ella, vacía de esperanza.

La encuentro saltando,
entre la espuma del mar
de la inocencia;
cantando en el brillo de unos ojos;
cruzando el cielo sutilmente,
encelajándolo de azul,
de puro azul.

Y despacio,
regresando envuelta en risa
me habla con rosadas palabras.


Nieves B. (Camino a Tiferet)

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